A Isadora Cuéllar le intriga la arcilla. Su sencillez, ductilidad y la amplitud del material para trabajarlo resuenan en ella. “La posibilidad de profundizar en cada uno de los procesos de la arcilla hasta que llega a coserse, me ha permitido construir una conexión más profunda con la tierra y la naturaleza. En los últimos años he enfocado mi práctica artística a la investigación e indagación en diferentes comunidades alfareras del país incluyendo Chiapas, Oaxaca, Puebla y Michoacán. Esto me ha dado la posibilidad de generar diálogos con la arcilla desde diferentes lenjuajes. Construyendo puentes, desentrañando la posibilidad que tiene el material más allá del aspecto escultórico y utilitario. Conocer la amplitud y diversidad de las arcillas del país, los procesos de recolección, construcción y quema, han ampliado mi visión del material. En cada una de las etapas de la cerámica, existe una narrativa poética, están cargadas de historia y tradición que dialogan con el presente.”

Cuéllar comenzó su exploración del barro en 1999 trabajando como aprendiz y asistente en Coatepec, Veracruz en un taller de cerámica de alta temperatura. Académicamente, eligiendo una especialidad en escultura, ha estudiado Artes Visuales en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, ahora Facultad de Artes y Diseño. En 2013, ella concluye su maestría en Artes Visuales con especialidad en gráfica.

Actualmente se encuentra trabajando en diversos proyectos con la arcilla en su estado en bruto, Cuéllar prefiere enfocarse en la sensación de la arcilla y dice: “Como he ido conociendo diferentes arcillas locales, encuentro belleza en los tonos de cada una en su estado natural y ya quemadas. El universo de los esmaltes en la cerámica me parece sumamente hermoso e interesante, sin embargo en mi obra considero primordial la forma en sí misma y que la arcilla quede expuesta, desnuda, que haya un diálogo entre la forma y la materia . En algunas piezas considero importante darles un acabado con lija, lo que me permite pulir en seco y así darle otras calidades al material en sí y a las formas.”

A Cuéllar le gusta el ritmo y el tiempo de la construcción manual. Ella dice que es más lento y le permite reflexionar más sobre cada pieza.Tiene más control sobre lo que ha planeado para cada uno. Si bien utiliza técnicas tradicionales para producir su arte, su visión estética se basa en la época contemporánea. Sus esculturas en forma de celosía construidas a mano son recordatorios visuales de las conexiones invisibles que las personas hacen entre sí mucho después de que terminan sus encuentros o reuniones físicas.

*Fotografías cortesía de Rogelio Cuéllar, Juz Escalante y Leonardo Escalante

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